Invertir en busca de estabilidad en un mundo inestable

Invertir en busca de estabilidad en un mundo inestable

ideas clave.

  • Los mercados han mantenido el tipo a pesar de las convulsiones geopolíticas, pero 2025 ha demostrado con qué rapidez las visiones de consenso pueden quedar desbaratadas por políticas inesperadas y tensiones internacionales
  • En un mundo en el que la inestabilidad aumenta y los centros de poder se desplazan, los inversores deben conformar carteras resistentes a las convulsiones, articuladas en torno a una asignación estratégica y diversificadas entre diferentes clases de activos
  • Las inversiones temáticas en áreas como la IA, la autonomía energética, la atención sanitaria y los mercados emergentes ofrecen oportunidades a largo plazo en un momento en el que las alianzas internacionales están fragmentándose y están surgiendo nuevas fuerzas económicas.

Afirmar que vivimos en un mundo inestable es una obviedad, pero el éxito en la inversión depende de las estrategias que utilizamos para gestionar la inestabilidad.

Este año, las visiones de consenso del mercado han errado el tiro una vez tras otra. A comienzos de 2025, los inversores esperaban que las políticas favorables al crecimiento y la desregulación del presidente Donald Trump fueran hicieran subir al dólar estadounidense y tiraran al alza de las cotizaciones de los bancos y las empresas energéticas tradicionales. En lugar de eso, el anuncio de los aranceles en abril provocó una conmoción y una caída, aunque temporal, de la bolsa estadounidense y un ascenso de las rentabilidades de los bonos del Tesoro de EE. UU. El comportamiento posterior del S&P 500 ha estado dominado por las empresas tecnológicas y el dólar ha caído alrededor de un 10% en el año frente a una cesta de grandes monedas.

Quizás los inversores habrían reducido drásticamente su exposición a renta variable si hubieran previsto que se impondrían los aranceles más altos desde la década de 1930, que la independencia de la Reserva Federal se vería amenazada, que EE. UU. bombardearía Irán y que seguiría librándose una guerra a las puertas de Europa, pero esta estrategia, vista a posteriori, habría tenido un alto coste.

Las fuentes de inestabilidad continuarán en 2026 y más allá y algunas pueden desencadenar más volatilidad en los mercados: el relevo al frente de la Reserva Federal en mayo de 2026, las elecciones legislativas de noviembre en EE. UU., así como las elecciones en países tan diferentes como Brasil e Israel. La seguridad europea probablemente siga siendo una de las grandes prioridades y las tensiones entre EE. UU. y China continuarán.

Entretanto, los efectos de los aranceles todavía tienen que sentirse plenamente, pero ya han provocado profundos cambios en el comercio mundial. La importancia de las instituciones internacionales está en retroceso y el mundo está dividiéndose en bloques geopolíticos antagónicos, ya que China está promoviendo un orden mundial alternativo, definido por oposición a la hegemonía occidental.

Una estrategia de inversión que reaccione ante la geopolítica sería desaconsejable; es mucho más prudente construir carteras que sean resistentes a las conmociones

Los mercados suelen encogerse de hombros ante los sucesos geopolíticos

Obviamente, no deberíamos sobrevalorar la importancia que reviste la geopolítica para los inversores y, en este sentido, las bolsas suelen tomarse estas perturbaciones con calma. Los grandes sucesos de riesgo geopolítico han provocado una caída media desde máximos de tan solo el 3% en los índices de bolsa de las economías avanzadas desde 1985, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional1. Actualmente, incluso los precios del petróleo, que tradicionalmente han reaccionado ante los riesgos geopolíticos, están pasando de puntillas por el conflicto en Oriente Medio en un contexto de exceso de oferta.

Eso no debería eclipsar la magnitud de los cambios económicos y políticos que están produciéndose. A menudo, los cambios en los ciclos pueden poner en marcha tendencias plurianuales que los inversores pueden aprovechar en su beneficio. Nosotros lo hacemos encontrando orden en el movimiento, asentando las carteras en torno a una asignación de activos estable y estratégica y complementando todo ello con decisiones de inversión tácticas, asumiendo riesgo donde consideramos que existe mayor recompensa. 

A medida que se fragmentan las alianzas internacionales y se intensifica la competencia estratégica, creemos que los inversores deben mantener el espíritu crítico y buscar fuentes de diversificación y rentabilidades potenciales. Y no solo en la renta variable y la renta fija, sino también, cuando encaje con el perfil de riesgo de un inversor concreto, en los hedge funds, el oro y las clases de activos no cotizados, como el private equity, el crédito privado y las infraestructuras.

Una estrategia de inversión que reaccione ante la geopolítica sería desaconsejable; es mucho más prudente construir carteras que sean resistentes a las conmociones.

Con esta idea en mente, nuestras carteras también incorporan exposiciones temáticas a renta variable que tratan de beneficiarse de las transformaciones a largo plazo que están produciéndose en la economía mundial, como las inversiones estratégicas para conseguir una mayor autonomía en materia de energía, atención sanitaria y defensa. Estas tendencias también engloban la creciente longevidad; el aumento de las inversiones con efectos positivos para el cambio climático y la naturaleza y en las infraestructuras para sostenerlas; el auge de los jóvenes consumidores de Asia; y las nuevas tecnologías, desde la IA a la robótica y la informática cuántica.

A medida que se fragmentan las alianzas internacionales y se intensifica la competencia estratégica, creemos que los inversores deben mantener el espíritu crítico y buscar fuentes de diversificación y rentabilidades potenciales

El ascenso de los centros alternativos de poder

Básicamente, nosotros también esperamos el ascenso de los centros alternativos de poder en la economía mundial. A eso contribuyen decisivamente las impredecibles políticas de EE. UU., las amenazas a la independencia de la Fed y el retorno de la laxitud fiscal, un patrón que se repite en muchas economías desarrolladas y que ejerce presión sobre los bonos a largo plazo, desde los que emite el estado japonés y el Tesoro de EE. UU., hasta los bunds alemanes y los gilts británicos. 

Un beneficiario de este mundo cada vez más multipolar son los mercados emergentes. En conjunto, estas economías pueden presumir de unos fundamentales más sólidos que en ciclos anteriores y podrían recibir aún más flujos de capitales de inversores extranjeros, que en conjunto siguen estando escasamente invertidos en los mercados emergentes. Muchas de estas economías presentan una inflación baja, mientras que la debilidad del dólar estadounidense da a algunos bancos centrales margen para recortar tipos. Las rentabilidades actuales de los bonos de los mercados emergentes son atractivas y las valoraciones bursátiles son mucho más bajas que en los mercados desarrollados.

Los aranceles y las impredecibles políticas estadounidenses han alentado la especulación sobre una posible desdolarización y el fin del excepcionalismo de EE. UU. Sin embargo, vemos un panorama más complejo en el horizonte, en respuesta a un desequilibrio fundamental en el corazón de la economía mundial. Mientras que muchas economías, desde Asia hasta Europa, Latinoamérica y África, son grandes productores, los consumidores estadounidenses continúan siendo la gran fuente de demanda mundial y pagan en dólares. Por lo tanto, la economía estadounidense sigue siendo estructuralmente excepcional y los aranceles de la administración Trump aprovechan esta circunstancia.

En nuestra opinión, el repliegue global de los inversores respecto a la bolsa estadounidense y el dólar podría ser más gradual de lo que muchos esperan. A pesar de la desaceleración de la economía estadounidense, seguimos creyendo que hay margen para que las acciones avancen, sostenidas por el continuo crecimiento de los beneficios, el empuje de la IA y la caída de los tipos de interés en EE. UU.

En un mundo incierto, tratamos de seguir siendo un vector de estabilidad para los inversores

Replantearse la estabilidad

Si bien una sólida asignación de activos en la base puede dar el ímpetu inicial a una cartera, una estrategia de inversión únicamente es estable cuando es dinámica y capea la volatilidad y otras fuerzas desestabilizadoras. En Lombard Odier, llevamos más de dos siglos replanteándonos las fuentes de riesgo y rentabilidad, reconfigurando y reordenando las carteras de los clientes. En un mundo incierto, tratamos de seguir siendo un vector de estabilidad para los inversores.

ver fuentes.
+
1 Informe sobre la estabilidad financiera mundial, FMI, abril de 2025, Capítulo 2, Riesgos geopolíticos: Implicaciones para los precios de los activos y la estabilidad financiera

información importante.

Este documento de marketing ha sido elaborado por Bank Lombard Odier & Co Ltd (en adelante "Lombard Odier"). Está prohibida la distribución, publicación y utilización de este documento en cualquier jurisdicción en la que su distribución, publicación o utilización sean contrarias a la ley. Tampoco va destinado a aquellas personas o entidades a quienes sea ilícito dirigir tal documento de marketing.
Màs información.

ponerse en contacto.

Seleccione una categoría

Introduzca su nombre.

Introduzca su apellido.

Introduzca una dirección de correo electrónico válida.

Introduzca un número de teléfono válido.

Seleccione un país

Seleccione un banco

Escriba un mensaje.


Ha sucedido algo. El mensaje no se ha enviado.
Lombard Odier Fleuron
hablemos.
compartir.
boletín.